Se reservaba el derecho a ser el primero en felicitarnos, eso sí. No le ganaba nadie. Y a llegar el primero con el libro perfectamente envuelto, los dobleces primorosos, el cello tan bien cortado y tan estratégicamente puesto. El nombre escrito en la pegatina blanca. Nuestro nombre.
Nunca hemos celebrado su cumpleaños y eso que es el mismo día que Maite. No se dejo engatusar. Él no cumplía años. Cumplía días, entregando cariño a manos llenos.
Por cuanto hice y por cuanto dije
que no traten de encontrar quién era yo. Un obstáculo se alzaba y transformaba mis acciones y mi modo de vivir. Un obstáculo se alzaba y me detenía muchas veces cuando iba a hablar. Mis acciones más inobservadas y mis escritos más ocultos -sólo por allí me entenderán. Mas acaso no vale la pena gastar tanta atención y tanto esfuerzo para conocerme. Más tarde -en la sociedad más perfecta- algún otro, hecho como yo, ciertamente surgirá y actuará libremente.
"Lo oculto".
Constantino Cavafis. 1908.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Incluye aquí tu comentario